Que Mark Ronson les produjera el disco no era la mejor de las noticias. Pero a tenor de los resultados, el temor se ha cumplido.Pero para bien. Me explico. Black Lips han venido depurando el sonido de sus grabaciones en directo al estudio desde "Good Bad Not Evil"(2007), con lo que empezaron a sembrar dudas a los amantes del rock de sonido más cavernario. Este disco, está limpio gracias a la producción de Ronson, pero para conseguir algo más apreciable. No solo un ramillete de canciones sin lustre como se podía presagiar, sino un disco con sensación clásica al estilo de The Kinks. Dejando de lado el lado más fuzz y garagero, para dar con un disco sólido e inspirado. Este sonido, les da mérito y personalidad como banda, capaz de mantener un disco por su talento a la hora de parir canciones, atmósferas , sonar espontáneos y vitales. Siguen el camino de su generación, que busca a referentes clásicos de los 60 y 70 para salir de los sonidos de sótano, como Fresh & Onlys. Tienen arrojo imperfecto como Television Personalities o The Monochrome Set, pero me suena este disco a Kinks. Giro inesperado y celebrado.
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