De las aventuras de Wolfgang Voigt en solitario y engendradas en Profan, esta aventura como M:I:5 es lo más marciano y fuera de toda categoría que ha editado. Conocemos su faceta ambiental entrelazada con el techno y el dub tangencialmente de GAS, su faceta de club como Studio 1 o Mike Ink, fundador de Profan y respectivos satélites, y co-fundador de Kompakt, todo lo que editó en la etapa del 95 al 2000 bajo una tropelía de alias, sigue siendo un material inmenso, tan bello como hermético, sesudo y experimental. Aún a día de hoy, me parece que Kraftwerk reinterpredo desde el ácido debe sonar así, casi anticipando todos los géneros microscópicos posteriores de la electrónica y que luego su trabajo publicándolo a tenido momentos glorioso la década pasada. Es imposible etiquetar con precisión el sonido del trabajo a menos que se utilicen términos que apuntalen distintos géneros bajo la sombra de lo abstracto y deforme.El cierre, de este disco en formato excursión ambiental enmarca el sonido característico de Voigt que en cada alias ha sido matizado de distinta manera. 17 minutos que te dejan en la gloria de un gran nombre.
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